Otra amenaza con los derechos humanos - Noticias de El Salvador

2022-07-15 21:23:33 By : Mr. Peter Su

Hay expertos que argumentan que el problema de la violencia por el deterioro del medio ambiente y la escasez de recursos ya se vive y señalan, por ejemplo, que poco antes de la guerra en Siria hubo una grave sequía que generó fuerte presión sobre los recursos disponibles y el desplazamiento de muchas personas.

El mundo nunca ha visto una amenaza a los derechos humanos de este alcance. Esta no es una situación en la que ningún país, institución, legislador puede mantenerse al margen. Las economías de todas las naciones; el tejido institucional, político, social y cultural de cada Estado, y los derechos de toda su gente, y las generaciones futuras, se verán afectadas”, declaró en 2019 la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos de manera muy clara y enfática, pues el cambio climático afecta los derechos humanos, la libertad y la democracia, la seguridad de personas, de países y del mundo.

El impacto del aumento de la temperatura no será parejo, de acuerdo con los expertos, y en algunas regiones puede ser peor que en otras. Así, por ejemplo, un artículo del New York Times sobre un estudio de 2015 de Climate NatureChange de la Universidad de Loyola Marymount en Los Ángeles, señala que de acuerdo con el sistema de medida de temperatura del bulbo húmedo (wet-bulb temperature), la vida en la región del Golfo Pérsico puede volverse imposible durante los veranos por la hipertermia que provocará el exceso de calor y de humedad.

El sistema de bulbo húmedo no es muy conocido, pero se basa en medir el efecto de la evaporación y la humedad en la disminución de la temperatura de un objeto. Así, una medida de 35ºC usando métodos tradicionales se traduce en 73.88ºC con el bulbo húmedo, y el artículo mencionado en el párrafo anterior cita a un científico que lo explica de la siguiente manera: “Cualquier persona puede experimentar en una sauna el papel crucial de la humedad. Una sauna finlandesa puede calentarse hasta 100º Celsius porque es seca y el cuerpo se enfría por medio de la transpiración… En un baño turco, sin embargo, con 100% de humedad relativa, la temperatura tiene que mantenerse por debajo de los 40º Celsius porque el cuerpo no puede deshacerse del calor por medio de la transpiración”.

Ya en 2013, en un informe del Banco Mundial se afirma que “los científicos nos dicen que si la temperatura de la Tierra aumenta en 2°C —lo que puede ocurrir en el término de 20 a 30 años— ese fenómeno causará situaciones generalizadas de escasez de alimentos, olas de calor sin precedentes y ciclones más intensos”. Así las cosas, de acuerdo con el mismo Banco Mundial, si esto no se controla, unos 132 millones de personas podrían pasar a la pobreza en los próximos 10 años, borrando el progreso de muchos países en materia de desarrollo, y para 2050 podría significar el desplazamiento interno de unos 216 millones de personas, pero con “zonas críticas de migración interna” ya para el año 2030. Añade que con 2°C grados de calentamiento, entre 100 y 400 millones de personas más estarían en riesgo de pasar hambre, entre 1000 y 2000 millones ya no tendrían suficiente agua, podría haber una pérdida de 30% de los cultivos para el año 2080, y entre los años 2030 y 2050 podría causar unas 250,000 muertes adicionales por año como resultado de la desnutrición, la malaria, la diarrea y el estrés por el calor.

A este panorama poco alentador hay que agregar el potencial de conflicto entre Estados por la escasez de recursos y conviene empezar por recordar que 47% de la superficie de la tierra, excluyendo la Antártida, comparte cuencas de drenaje transfronterizas, y que las aguas de 263 ríos internacionales representan 60% del agua dulce del planeta. Así, hay 44 países con por lo menos 80% de su superficie en cuencas de drenaje transfronterizas y compartidas. La situación de Centroamérica no es muy diferente, pues las aguas transfronterizas cubren buena parte de su territorio y, así, lo que afecta a un país inevitablemente afecta a otro, y a otros.

En todo caso, hay expertos que argumentan que el problema de la violencia por el deterioro del medio ambiente y la escasez de recursos ya se vive y señalan, por ejemplo, que poco antes de la guerra en Siria hubo una grave sequía que generó fuerte presión sobre los recursos disponibles y el desplazamiento de muchas personas.

Otros añaden que 85% del Lago Chad se ha secado y que por eso no es casualidad que esa sea la zona de Boko Haram, que el ritmo en que se seca la zona oriental de África exacerba los conflictos por recursos en Somalia y Kenia y que hay que pensar en las personas obligadas a dejar sus países porque la vida será imposible por la aridez, las altas temperaturas y la subida del nivel de los mares. Por su parte, el secretario general de las Naciones Unidas describió el conflicto en Darfur como el primer conflicto del cambio climático.

El mundo de la ilegalidad contribuye al deterioro del medio ambiente y financia conflictos. La extracción ilegal de recursos como el carbón, la madera, el petróleo, los diamantes, el oro y la plata, y la explotación de la fauna silvestre y los cultivos ilícitos ha financiado numerosos conflictos alrededor del mundo. Durante la reunión del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas sobre “el mantenimiento de la paz y la seguridad internacional: las causas del conflicto, el papel de los recursos naturales” a fines de 2018, el secretario general declaró que “los estudios de la ONU muestran que más del 40% de los conflictos armados internos de los últimos 60 años están vinculados con los recursos naturales”, como el petróleo, el agua, el acceso a la tierra y minerales estratégicos; recordó que desde 1995, el 75% de los conflictos en África han sido en parte financiados por esos recursos; y recalcó que con el evidente aumento del impacto del cambio climático en todas las regiones el riesgo de conflicto crecerá. Ahora bien, también enfatizó que hay cinco formas de disminuir el riesgo de conflictos: (1) regular los recursos; (2) compartirlos; (3) acudir a la mediación; (4) garantizar el derecho a la tierra; y (5) empoderar a la mujer.

Ex Embajador de El Salvador en Francia y Colombia, ex Representante del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en Argelia, Colombia, Tayikistán y Francia, y ex Representante adjunto en Turquía, Yibuti, Egipto y México.

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