El proyecto ha permitido rehabilitar una casa señorial del siglo XVII, que ahora dispondrá de 14 habitaciones.

El hotel de lujo 'La Lozana. Palacio de Infanzonía', instalado en una casa señorial del siglo XVII rehabilitada en Used, ya ha abierto sus puertas y ha comenzado a recibir las primeras reservas a través de internet. Tras ocho años de obras, el complejo cuenta con 14 habitaciones dobles –entre ellas una suite, dos junior suite y una para personas con movilidad reducida-. El establecimiento hotelero dispone de un restaurante, espacios polivalentes para cursos, charlas, reuniones y conferencias y un spa con piscina, sauna y ‘flotarium’. En los trabajos se han invertido más de 2,4 millones de euros –con cofinanciación del Ministerio de Hacienda mediante fondos Feder y del Gobierno de Aragón-.

"Es un proyecto de continuidad familiar, que recupera los recuerdos y vivencias que tuve aquí de pequeño, pero con el objetivo de que este edificio tenga un futuro y genere una actividad económica y una repercusión en el entorno", sintetiza Joaquín Herrero, impulsor del negocio en este espacio que pertenece a su familia desde hace once generaciones. A su lado en el proceso de recuperación ha estado su pareja, Amalia de la Campa: "Hemos restaurado muebles históricos originales, incluso muchas de las puertas", destaca. "Le vamos a dar vida a un edificio con mucha historia, con todas las comodidades actuales, pero manteniendo la esencia", apunta Pablo Herrero, hijo de Joaquín.

Además de los 1.400 metros del edificio histórico, han habilitado y anexionado al complejo la llamada casa parroquial, donde se dispone una de las salas polivalentes y tres habitaciones. "Ha sido un proceso muy largo, en el que hemos tenido que pasar por muchos trámites y permisos, además de superar el parón de dos años de pandemia", concreta Herrero. Los trabajos, especifica, los han coordinado con distintos gremios de la construcción. "Es una locura, con un componente de romanticismo, pero tenemos el objetivo de que el hotel tenga más vivencias que acoger", insiste Joaquín.

Entre los puntos diferenciadores se encuentra la climatización que se consigue a través de la geotermia. Se trata de un sistema de energía renovable que extrae la potencia a través de diez pozos con una profundidad de 140 metros. "Queríamos energías limpias, pero al estar en una zona protegida no podían ser ni eólica ni solar", detalla de la Campa.

Desde el restaurante se abre una gran cristalera que bordea en tres de sus laterales a un patio interior y junto a la recepción también se encuentra una pequeña capilla. Para Joaquín, uno de los principales puntos fuertes del establecimiento, además del entorno, es que «está a una hora y media de la estación de Atocha, gracias al AVE, y a dos de Valencia».

Así, considera que puede ser un destino para públicos con distintos intereses: "Hay personas dentro del turismo ornitológico que buscan alojamientos así, sirve también para reuniones o congresos de empresa, para turismo cinegético". También es importante, añade, "el patrimonio natural y cultural de Used, el entorno de la Laguna de Gallocanta y referentes patrimoniales como Daroca, Calatayud y el Monasterio de Piedra".

Pablo añade que están "estudiando el turismo estelar y también el deportivo" y subraya que el futuro quieren compartirlo "con el pueblo de Used, su gente y las personas que se hospeden".  

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