Dentro de 'La sociedad de la nieve', la superproducción de Bayona en Granada | Ideal

2022-05-14 04:13:18 By : Mr. Kay Liu

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Algunos de los protagonistas de 'La Sociedad de la nieve' descansan tras rodar una escena en el fuselaje que hay en la Laguna de las Yeguas. / QUIM VIVES

Una hermosa línea blanca corta el horizonte azul de Sierra Nevada. No es una línea perfecta. Es como aquella serpiente que se comió un elefante, un bulto vivo que habita bajo un manto de nieve. A tres mil metros de altura, en la Laguna de las Yeguas, uno entiende fácilmente por qué no encontraron en 1972 el avión que se estrelló en Los Andes: es casi invisible. De cerca se intuyen las letras 'Fuerza Aérea Urug', partidas por la mitad. Y las hamacas que parecen féretros. Y las maletas que fueron colchones. Y los rincones donde alguien dijo «nos comeremos a los muertos». Los 7.000 kilos de avión son tan reales, tan imponentes, tan sobrecogedores, que aquí lo imposible es no creer en la magia del cine.

El 10 de enero comenzó el rodaje de 'La sociedad de la nieve', de J. A. Bayona, quizás la película más grande que se ha realizado en Granada. Hoy, casi cuatro meses después, termina. El 31 de marzo, día 66 de campaña, los más de 300 profesionales implicados en la película de Netflix comieron potaje de alubias, carrillera y brownie de chocolate. Lo hicieron en un restaurante 'temporal' montado en el enorme campamento de Pradollano, en lo que era un parking de caravanas, rodeando el primer set de rodaje: el hangar. En una de las mesas, un tipo alto de mirada canosa y bigote afable termina su café: «Yo soy amigo de todos ellos, de los sobrevivientes, fuimos al colegio juntos», dice. Su nombre es Pablo Vierci (Montevideo, 1950), periodista y autor de la novela 'La sociedad de la nieve', en la que se basa la película.

–Leí el libro y ahora empiezo a ver cómo nos la vais a jugar...

–[Ríe] ¡Me encanta la frase! Ahora se lo dices a Jota (Bayona), que le va a gustar. ¿Vamos al set?

«¡Silencio! ¡Rodamos!». Dentro del hangar hay medio centenar de personas que procuran no parpadear. Están grabando una escena y sólo se escucha el aliento angustiado de los actores intentando salir del avión por una puerta atorada. «¡Cortamos!». El equipo, entonces, se mueve por todas partes, como glóbulos rojos llevando oxígeno. Margarita Huguet ('El secreto de Marrobowne', 'Way Down'), directora de producción, sonríe con los brazos abiertos: «Buscamos por todo el mundo localizaciones que se parecieran al Valle de las Lágrimas, donde sucedió el accidente. Al final acabamos en Sierra Nevada por muchas razones, pero sobre todo porque la estación está a 2.200 metros y tiene hoteles al lado de las pistas».

El suelo del hangar está cubierto de nieve hecha con celulosa y, las paredes, por pantallas de 32 metros de largo por 6 de alto, formando una cúpula luminosa. Entre medias, junto a la entrada del fuselaje, Félix Berger ('The Mandalorian', 'Juego de Tronos') y Laura Pedro ('Way Down'), supervisores de efectos visuales y ganadores de sendos Goyas, repasan la última escena. «Con estas pantallas –explica Berger– ponemos con visión real, en diferentes luces y horas, lo que se vería en el Valle de las Lágrimas en la posición exacta en la que está el fuselaje. Mirad». Con un leve gesto sobre una tableta, el sol se mueve por las pantallas y el tiempo pasa a toda velocidad. Es impresionante.

«Pasamos cuatro semanas allí, en el valle, fotografiando todas las horas de luz», apunta Pedro. «Exacto –sigue Berger–. El accidente ocurrió muy cerca del ecuador, a una altitud inmensa, con mucha nieve, pero con un sol durísimo. Eso convertía a Sierra Nevada en el lugar idóneo, porque es de las estaciones de esquí más cerca del ecuador del mundo. En la película, todo lo que veas de cerca es Sierra Nevada y, de lejos, Los Andes».

Vierci, atento a la explicación, resopla: «Si es que aquí está nevando y en la ciudad hay 20 grados. ¡Granada es una maravilla! De verdad, estoy enamorado de Granada».

Imagen de archivo del club Montebajo, en la temporada veraniega de 2013. / A. MOLINA

Las jornadas de rodaje de 'La sociedad de la nieve' han empezado, los cien días, en el mismo sitio: el Club deportivo Montebajo. El club, ubicado muy cerca de la entrada a los telecabinas, en Pradollano, llevaba cerrado desde que se inició la pandemia. El equipo de Bayona decidió alquilar el edificio completo para 'procesos'. En la primera planta estaba el departamento de maquillaje, un enorme salón del que cuelgan fotos de los protagonistas durante los 72 días de supervivencia.

Una planta más abajo, vestuario, con la ropa de los intérpretes. Fran Cruz, supervisor del vestuario, explica que todos los actores tienen su puesto asignado: «Entre actores, dobles y dobles de acción, son muchas personas. Hay personajes que lo han interpretado hasta siete personas distintas». En la piscina, un equipo de químicos y artesanos se dedica a adaptar la ropa para que refleje el paso del tiempo. Y en lo que fuera una sauna, la sala de 'revelado', donde cada noche se descarga el material grabado para que por la mañana puedan trabajar los editores.

El hangar, en Sierra Nevada, a principios del rodaje.

Para evitar problemas, el equipo de Bayona decidió 'estrellar' tres aviones idénticos en la sierra. El primero, en el hangar de Pradollano. El segundo, a tres mil metros de altura, en la Laguna de las Yeguas. Y un tercero en el Cortijo de la Argumosa, en Güejar Sierra. Allí está Pau Costa ('Matrix: Resurrections', 'Eternals'), jefe de efectos especiales y también ganador de un Goya: «Yo me encargué del tsunami de 'Lo imposible'. Aquello fue tremendo», ríe. Es la cuarta película en la que Costa y Bayona trabajan juntos y el reto parece no tener fin. «Este set de rodaje se pensó por si no había nieve arriba o por si fallaba algo. Por suerte, no ha sido así». El fuselaje está colocado sobre una plataforma móvil, dentro de un búnker de hierro y cemento. «Aquí grabamos la escena de la avalancha: era más fácil cubrir el avión de nieve si estaba bajo tierra».

De vuelta al campamento, Belén Atienza y Sandra Hermida, productoras de 'La sociedad de la nieve', charlan en una nave en cuyas paredes se puede seguir toda la película, a través de dibujos y fotografías. «Bayona es el director –dice Atienza–. Pero cuenta con dos unidades de apoyo, una especializada en rodajes de montaña y otra dirigida por Alejandro Fadel ('Muere, monstruo, muere'). El objetivo es que el espectador sienta que está ahí. Que sea real». Hermida recuerda cómo surgió la idea mientras rodaban 'Lo imposible': «Son proyectos internamente relacionados. En su momento me parecía más difícil rodar aquella. Ahora mismo, teniendo en cuenta los anticiclones, la calima... creo que no», ríe.

–Es increíble, Pablo: las pantallas con Los Andes, los aviones, el búnker...

–¡Es la magia del cine!

Montse Ribé, recogiendo el Oscar por 'El laberinto del Fauno', en 2007. / AP

Montse Ribé, supervisora de maquillaje de efectos especiales, ha ganado dos Goyas y un Oscar, por 'El laberinto del fauno'. En una de sus visitas a Granada, encontró una postal de una gitana que le recordó a las que coleccionaba de niña. «Por eso la puse ahí», sonríe cómplice, señalando al espejo del taller, rodeada de órganos desmembrados y cadáveres tan reales que dan miedo. El taller de maquillaje ocupa otra de las naves del campamento, en Pradollano. «Estos muñecos son de silicona y están hechos con moldes de los actores –dice Ribé–. Hemos hecho medio centenar de muertos y cada uno tiene un mes y medio de trabajo. Alguno está enterrado bajo la nieve, allí arriba». Vierci, entonces, sale a tomar aire.

Los equipos de rodaje, para subir al avión de la Laguna de las Yeguas, utilizan retracks, vehículos preparados para ascender por la montaña nevada. La primera en hacerlo fue Lluna Juvé, directora de localizaciones ('Luces Rojas', 'Way Down'), en junio de 2021. «Imagínate para subir los aviones. Limpiamos la carretera de la Hoya de la Mora y subimos los fuselajes: una máquina pisaba la nieve para que estuviera dura y otra empujaba». En esta aventura le acompaña desde el principio Alain Bainé, diseñador de producción. «Los tres aviones están vivos y van envejeciendo al mismo tiempo, lo que complica mucho el rodaje», detalla Bainé, que ha trabajado con Almodóvar, Woody Allen, Isabel Coixet… y ganó, en 2012, el Goya a Mejor Dirección Artística por 'Blancanieves'.

Arriba, a tres mil metros de altura, hay dos campamentos con casetas de obra para proteger al equipo en las grabaciones. Y fuera, imponente, el horizonte se parte en dos por una serpiente que se ha comido a un elefante.

El director J. A. Bayona, en el set de rodaje, mientras atardece en Sierra Nevada. / QUIM VIVES

El equipo rueda en mitad de una ladera. Dos actores corren como pueden, agotados, bajo una niebla densa y un frío descorazonador. Tras el «¡corten!», un tipo con abrigo azul y gorro rojo se acerca a los curiosos y saluda con las prisas del que quiere volver al patio. «Hemos tenido suerte con el día –dice, señalando la escena–. Hacer esto metidos en un plató es muy difícil. Fijaos, el actor se ha roto porque no podía más. Es verdad». Juan Antonio Bayona golpea con sus botas el suelo blanco y raspa con la puntera en la nieve. «Si escarbáis todavía sale el polvo del Sáhara», ríe. «Bueno, me voy, que seguimos. ¡Un placer!».

–Bayona es muy bueno, puro corazón. Unir a los dieciséis sobrevivientes era muy difícil, pero Bayona tenía el espíritu para hacerlo. La película saldrá bien porque es verdad. Porque aquí hay una sociedad de verdad.

En la noche número 66, los dieciséis actores protagonistas, jóvenes talentosos a los que ya tendremos tiempo de conocer –prepárense, son pura dinamita–, comparten cena con Bayona, Vierci, Belén Atienza, Sandra Hermida y María Laura, la responsable del casting, a la que tratan como a una madre. «Ahora soy su coach y hablamos de cuando esto acabe, del final... Porque llevan muchos meses juntos. Son una familia y les da miedo separarse», dice María Laura.

Llegado el momento, Vierci se despide sin llamar la atención. Él es el tótem, el nexo entre unos y otros, el vigilante y el testigo; el cronista de esta historia de fantasmas redimidos. Cuando pisa el pasillo, uno de los actores se percata de su marcha y silba al resto. En cuestión de segundos, todos cantan al unísono: «¡Pablo! ¡Pablo! ¡Vos sos la alegría de mi corazón!». Él, sin mirar atrás, levanta la palma de la mano y cierra el puño.

'La sociedad de la nieve' se despide de Granada después de más de cien días. El rodaje no termina aquí, sin embargo:queda grabar el principio y el final, que se harán en Uruguay, por lo que el estreno de la película no llegará hasta bien entrado 2023.