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Deportistas y estrellas de Hollywood la usan para recuperarse de sus entrenamientos y permanecer siempre jóvenes.

Citius, altius, fortius. Al lema de los Juegos Olímpicos (más rápido, más alto, más fuerte) habría que añadirle Semper Iuvenis, una traducción bastante libre del "siempre joven" para hablar de la sociedad actual.

Y si hay un sitio donde ese ansia se convierte en obsesión ese es Hollywood. Las estrellas del cine se cuidan a conciencia para ser el nuevo superhéroe de la Marvel o la nueva chica de acción de Universal, el nuevo galán de la comedia romántica del año o la nueva "novia de América". Jennifer Aniston, Gwyneth Paltrow (a través de su web Goop) o Colin Farrell ya se han declarado fans absolutos de las saunas de infrarrojos (o saunas FIR).

También los deportistas: en la imagen superior vemos al preparador físico de los New York Knicks (NBA) usando la sauna de infrarrojos portátil de Higher Dose, una de las compañías líderes del sector. Bar Malik contó su experiencia para Men's Health: "Mis compañeros de equipo ya saben que cuando estamos en la carretera y llegamos a una nueva ciudad, ese primer día hago mis ejercicios, estiro y luego me acuesto en la sauna wrap sobre las 10pm. Estoy durante una hora, me ayuda a recuperarme y me relaja para conciliar el sueño".

Antes de meterte una sesión de infrarrojos para el cuerpo, bien tendrás que saber cómo funciona esta sauna portátil tipo manta.

Aunque la palabra infrarrojos suena a Sci-Fi tenéis que saber que es una tecnología bastante segura que se utiliza desde hace muchos años en los hospitales para mantener calientes las camas de los recién nacidos.

Las saunas de infrarrojos no calientan el aire como las tradicionales de madera o electricidad, sino que le dan temperatura al cuerpo directamente a través de diferentes lámparas que emiten una radiación electromagnética. Como los móviles, pero de otro tipo.

El calor de los rayos infrarrojos no se queda en la superficie sino que penetra en el cuerpo en un nivel más profundo lo que hace que los usuarios puedan resistir más tiempo dentro de ellas y alcance los músculos y los órganos externos.

Alexandra Parnass, directora de belleza de la revista Harper's Bazaar, asegura que estas de infrarrojos son como "saunas de esteroides": la gente suda más tiempo y por lo tanto se puede perder más peso, la piel se ve más luminosa y los músculos se recuperan más rápido.

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En el documental de Netflix de Lady Gaga vemos como la cantante se da largas sesiones de infrarrojos para aliviar el dolor crónico que le produce la fibromialgia, y ella misma lo ha subido a las redes sociales.

Si a eso le sumamos que nos la podemos llevar a cualquier sitio, parece que los americanos tienen razón con esta nueva obsesión. En Nueva York incluso hay centros que dan este tipo de saunas-manta para que sus socios descansen un rato, ¿cuánto tardarán en llegar a España?